Bodina comenzó como un sueño silencioso, hecho de madrugadas, aprendizajes y mucha intención. Detrás está Andrea, una joven profesional que, entre auditorías y hojas de cálculo, sentía una chispa encenderse cada vez que creaba algo con las manos. Esa chispa se convirtió en llama.

La marca fue creciendo desde un rincón de su casa, con moldes, aromas y pruebas infinitas. Al inicio, se vendían ropitas de bebé. Pero con el tiempo, la esencia de Bodina se reveló en la cera y el fuego: velas decorativas que no solo embellecen, sino que emocionan.

Hoy, Bodina es una marca peruana con propósito, que evoluciona al ritmo de los sueños de su fundadora y de cada persona que enciende una vela en casa y la hace suya.